jueves, 12 de noviembre de 2009

NIÑOS QUE CAEN DE LAS CALESAS

Uno de los riesgos de la ciudad es pararse cerca de una calesa, porque se corre el riesgo de ser aplastado por un niño que cae.
Los niños son llevados por sus madres con la ilusión de que paseen circularmente sobre un corcel azul y dorado o un helicóptero camuflado, pero la realidad demuestra que los niños se caen de las calesas. Y lo que es peor, se caen sobre las personas que están cerca con cámaras fotográficas y boletos para nuevas vueltas.
Algunos calesiteros dicen que existen estudios científicos en los que se ha tratado de determinar la causa de las caídas, aunque no puede encontrárselos; sólo se han rescatado dos pero están manchados de caramelo líquido y nada puede leerse, por lo que se sospecha que algún niño, ya caído y satisfecho con el pequeño viaje experimentado en la caída libre de la calesa, ha saboteado los escritos.
Otros dicen que eso no es verdad.
Y no faltan los que dicen no saber nada.

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